miércoles, 10 de septiembre de 2014

Niños Migrantes

La migración es un fenómeno milenario que surgió junto con la humanidad misma, recientemente ha cobrado vigencia en los medios de comunicación de todo el mundo por su vertiente infantil que se ha configurado como una grave crisis al registrar unos 57 mil menores de edad centroamericanos, principalmente de Honduras, Guatemala y El Salvador, que han sido detenidos tras cruzar la frontera entre México y Estados Unidos sin ser acompañados por sus padres u otro adulto, esto en tan solo nueve meses entre 2013 y 2014.

La cifra de detenciones no contempla las múltiples muertes que se suscitan en el trayecto entre los países de origen de los infantes y los Estados Unidos, ni tampoco las deportaciones. Esta realidad denota un problema tal que fácilmente es percibido por la opinión pública, no por nada, 93% de los habitantes de la capital mexicana consideran que este fenómeno es “grave” o “muy grave” (únicamente 3% piensa lo contrario) de acuerdo con el estudio de Gii360.

Causas.

De acuerdo con versiones gubernamentales y con los testimonios de los propios niños, la principal causa por la que dejan sus países es el incremento de la violencia, de hecho los lugares que más infantes expulsan también son aquellos más afectados por el tráfico de drogas.  La pobreza y falta de oportunidades de desarrollo también se han configurado como causales de este fenómeno y seguramente también la falta de expectativas de que las cosas mejoren en esos lugares.


La misma investigación de Gii360 se enfocó a comprobar qué tanta información tenían los habitantes de la Ciudad de México al respecto y encontró que 37% percibe que el fenómeno se origina precisamente por la falta de oportunidades en los países de origen de los niños, 27% dice que esto se debe a la desintegración familiar, 10% que los niños únicamente pretenden reunirse con sus padres que migraron previamente a Estados Unidos, y solo 8% identifica el problema de la violencia y la inseguridad como la causa más importante del fenómeno.


La mayoría de los niños y adolescentes migrantes optan por llegar a su destino vía férrea, a través de “La Bestia”, un tren de carga que además de servir de medio de transporte representa los peligros propios del viaje y que, por la vulnerabilidad de este grupo poblacional, se potencializan. De acuerdo con la opinión de 43% de los capitalinos que contestaron la encuesta de Gii360, el principal riesgo que corren estos niños es el de ser víctimas del delito.

La solución al problema.

En Estados Unidos hay un debate lleno de polémica sobre las acciones que se deben tomar ante este fenómeno, la opción de las deportaciones se ha materializado, no de manera masiva pero sí como una muestra de que esta solución está entre las posibilidades del gobierno norteamericano. El 14 de julio de 2014, como una muestra de esta política, 120 centroamericanos fueron deportados a los tres principales países de los que originalmente salieron.

La opción de llevar a los niños a sus países de origen no es la mejor para los capitalinos, solo 18% lo cree así, en tanto más de un tercio (35%) dice que es preferible evitar que más niños salgan de sus países, uno de cada cinco (20%) que haya mayor control fronterizo y 16% piensan que es mejor darles protección en los Estados Unidos.


La magnitud del problema obliga a que los esfuerzos internacionales se empalmen y a que los gobiernos de los países involucrados se unan. 31% de las personas a las que Gii360 consultó piensa que los Organismos Internacionales como la UNICEF deberían atender esta problemática, 25% cree que debería ser el gobierno de México, 12% que los gobiernos de Centroamérica, y solo 6% que el gobierno de Estados Unidos. Además 15% respondió (de manera espontánea) que deben ser todas estas instancias las que, en conjunto, deben encargarse del tema.

Además, 42% cree que el papel de México debe ser el de dar asistencia humanitaria a los niños y 58% piensa lo mismo de Estados Unidos, mientras tanto, 65% opina que los gobiernos Centroamericanos deben mejorar sus políticas contra la pobreza y la violencia. La ciudadanía (en este caso la de la Ciudad de México) también podría tener un papel activo ayudando a las personas afectadas, 85% dijo que si tuviera la oportunidad ayudaría a un niño migrante, de ellos, 30% dijo que buscaría a sus padres, 24% le daría una beca, 19% lo llevaría a su país de origen, y 14% lo adoptaría. 


La participación de los gobiernos, los organismos internacionales, la sociedad civil e incluso la ciudadanía en lo individual, es la mejor manera de hacer mermar el problema y llegar a una mejor y más pronta solución. Muchas veces se olvida que la migración es un fenómeno que involucra seres humanos, cuestión que no se debe minimizar y menos aun cuando son niños, y es precisamente por ello que, lejos de las cifras y opiniones en uno u otro sentido, este fenómeno debería tener especial atención.

Israel Palazuelos Covarrubias
Twitter @Isra_Palazuelos